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martes, 11 de octubre de 2022

ASISTÍ A LA JORNADA EN CÁDIZ CAPITAL DE LOS ACTOS DE LA INICIATIVA "IGLESIA POR EL TRABAJO DECENTE. ORGANIZADA POR LA HOAC Y CÁRITAS.

 


    CRÓNICA DE LA INICIATIVA DE LA HOAC Y CÁRITAS “IGLESIA por el TRABAJO DECENTE PARA LA JORNADA MUNDIAL POR EL TRABAJO DECENTE DE 2022”.

Estuve en los actos que la iniciativa “Iglesia por el Trabajo Decente”- HOAC y Cáritas diocesana- organizaron en Cádiz capital. La jornada comenzó con una concentración en la plaza de la catedral. Allí pude encontrarme con los compañeros de la HOAC, amigos y amigas que realizan su compromiso con el mundo obrero en parroquias, Cáritas y obras sociales y cívicas. Para mí fue un momento gozoso poder participar en la iniciativa con compañeros y compañeras con los que he compartido y comparto preocupaciones por la situación de las personas del Trabajo.

 Después de abrazarnos y preguntar por nuestras vidas. Eugenio Díaz, consiliario de la HOAC (Hermandad Obrera de la Acción Católica) la JOC (Juventud Obrera Cristiana) y director diocesano de la Pastoral Obrera, presentó el acto destacando su significación en el momento presente. A continuación, Eduardo Soto, militante de la HOAC y responsable de organización, leyó el manifiesto: “Sin compromiso no hay trabajo decente”, en el marco de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente que este año ha fijado un objetivo fundamental “celebrar y reivindicar el trabajo como derecho y actividad para el cuidado de las personas, del bien común y del planeta”.

En el manifiesto se valoran los “últimos avances en el mundo del trabajo, fruto de la negociación y el acuerdo social”. Se ha abierto una senda positiva para el reconocimiento y respeto de los derechos sociales y laborales de los hombres y mujeres del mundo obrero; no obstante, las organizaciones convocantes consideran que queda mucho por hacer, y en esta tarea hemos de estar implicados y complicados no solo el mundo cristiano, sino también el resto de la sociedad, y se dirigen expresamente a “quienes somos sensibles a estas situaciones” y queremos que se dé un “empleo de calidad”.

Entre las lagunas que cita el manifiesto destaco la cantidad ingente de personas en el desempleo, a las que se niega el derecho al trabajo como consecuencia del alto paro estructural existente. Se da al mismo tiempo una situación de trabajo precario, que afecta en general a todas las personas en edad de trabajar, pero principalmente a las mujeres y jóvenes. En palabras del papa Francisco muchas personas se ven descartadas y excluidas, por lo que demanda se atiendan las causas que provoca esta “tragedia tan extendida”.

En el documento se dan, además pistas y propuestas para hacer frente a estas lacras laborales y sociales como trabajar para la creación de empleo, vigilar y regular las condiciones laborales por parte del Gobierno y los agentes sociales, hacer emerger a la economía formal los cuidados y transformarlos en trabajo decente y  apoyar la iniciativa legislativa popular que regule ya la situación humana y laboral de medio millón de migrantes que carecen de la documentación necesaria para desarrollar una vida y un trabajo dignos

Las organizaciones convocantes en el Estado y a nivel mundial resaltan, además, que “el trabajo es para la vida, no para la muerte”, en medio del escándalo que supone los continuos accidentes laborales, que hacen perder la vida a miles de personas en España y millones en el mundo. Piden, finalmente,” que esta toma de conciencia se vaya convirtiendo en compromiso diario por el trabajo decente”.

Terminada la lectura del manifiesto, los asistentes a la concentración nos dirigimos a la iglesia de San Lorenzo donde se celebró una eucaristía presidida por el consiliario Eugenio Díaz y concelebrada con los sacerdotes de la citada parroquia. En la homilía, Eugenio recordó los objetivos de la Jornada y los insertó en el seguimiento de Jesús y su Evangelio, recordando que “sin compromiso no hay trabajo”.

Fue, como dije al principio de esta breve crónica, una jornada gozosa, celebrativa y reivindicativa; una oportunidad para el reencuentro con mis amigos y amigas, hermanos en la fe, y una ocasión para reforzar mi compromiso con el mundo obrero y del trabajo.

Francisco González Álvarez.

  

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