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miércoles, 29 de agosto de 2018

¡CÓMO ESTÁN LOS PAÍSES DEL SUR! COMENTARIO AL INFORME DE MSF de 2017


¡CÓMO  ESTÁN LOS PAÍSES DEL SUR!

COMENTARIO AL INFORME DE 2017 DE MÉDICOS SIN FRONTERAS.


He leído recientemente el informe de 2017 que presenta “Médicos sin Fronteras” para dar cuenta a sus socios y a la opinión pública  de sus actividades en ese año. Lo he recibido precisamente en calidad de socio de esta ONG. Cada vez que leo un informe de este tipo, y son algunos, por ejemplo los  de UNICEF y  Amnistía Internacional, de las que también soy socio, percibo un mensaje integral  del estado económico y social de los Países del Sur o Tercer Mundo, como cada cual quiera llamarlo.  Me sumerjo, pues, un baño de globalidad, de acuerdo con las posibilidades de cada organización no gubernamental. ¡Qué contraste con las noticias fragmentadas, a veces, interesadas y unilaterales que recibimos de los medios de comunicación occidentales!  Todo el mundo sabe que en la información se entrecruzan intereses de todo tipo: económicos, ideológicos y religiosos, etc., y no siempre se hace una exposición veraz de los acontecimientos que ocurren en esos países. Influye además la distancia geográfica. El dolor por un hecho criminal o desgraciado no se siente  lo mismo si las víctimas pertenecen a nuestra comunidad, si ocurre cerca de nosotros o a miles de kilómetros de distancia del lugar donde vivimos. Mientras  se recordaban los crueles   atentados terroristas en Cataluña, cuarenta niños y niñas murieron en una escuela chiíta, asesinados por el DAES. No  tuvo tanta repercusión entre nosotros este atentado a  una escuela de Afganistán como los de Barcelona y Cambrils. Por esta razón, para recorrer  ese puente sensible  del dolor y  condolencias,  nos viene bien leer informes como el de “Médicos sin Fronteras” que nos dan una visión global de los acontecimientos,  aunque luego  se desgranen analíticamente por países y regiones geopolíticas.
En su carta de presidente de la ONG  sanitaria,  el  Doctor David Noguera, nos refiere que en 2017 hubo más de 400 conflictos declarados en el mundo, y con su sentido de la esperanza y de la necesidad de dar soluciones a los problemas, sobre todo en la especialidad médico- humanitaria, califica 2017 como un año difícil, adjetivo que, para los que  vivimos lejos de los conflictos, aunque en algunos casos estén a la vuelta de la esquina, tal es el trágico problema   de los refugiados, el doctor Noguera  procura ser prudente. Más bien, 2017 fue un año muy difícil, debido a la alteración que se vive en distintas regiones del mundo y  por haber sido el año de la “criminalización de la solidaridad”, con discursos xenófobos, contrarios a la acogida de refugiados. A pesar de todo, David  Noguera se siente feliz por considerar que tiene la sensación de estar  en una situación de verdadero privilegio para ayudar a tanta gente en situaciones desesperadas, gracias al esfuerzo de su personal y  a la ayuda de muchas personas  que ha comprendido la dimensión del problema.
 Nuestras mentes  de personas que viven en sociedades más o menos tranquilas no pueden comprender  que un hospital, el Abs de Yemen, fuera bombardeado en 2016, con todos sus pacientes dentro, servicios humanos y  técnicos; pues bien, ahora, gracias al personal yemení y profesional sanitario el hospital ha vuelto a funcionar plenamente, salvando vidas, “en un lugar donde retumban los bombardeos de un frente demasiado cercano y activo”, según la descripción del  presidente de la organización no gubernamental.
Lejos de amilanarse ante los  numerosos conflictos, el personal de  Médicos sin Fronteras ha llevado  su atención medico-humanitaria a más de diez países, que viven en un estado  de violencia permanente, con todas las nefastas consecuencias derivadas de las  guerras y enfrentamientos.
La organización pretende seguir adelante en los próximos años redoblando sus esfuerzos y extendiendo sus servicios  y emergencias  a más personas y países, superando así el casi 40% de su presupuesto de operaciones  dedicados a la emergencia, la atención sanitaria a unos 75 países,  25 con proyectos  gestionados  por la ONG desde España y 50 por la internacional, cálculos aproximados que he contabilizado del mapa de proyectos de 2017, y que espero estén libres de errores.
Si se lee con atención el informe podemos detectar las causas por las que tantas personas emigran a Europa, incluso a otros países dentro de los continentes africano y asiático.  Pasemos, pues, una breve revista de los casos presentados por M.S.F. En Nigeria, bombardeos contra civiles del campo de desplazados de Rann, murieron más de 50 personas y unas 120 resultaron heridas. En Sudán del Sur se produjo un desplazamiento masivo de miles de personas que huían de la zona de combate. Niger padeció en abril de ese año una epidemia de hepatitis E, por las malas condiciones sanitarias y falta de agua. El cólera hizo estragos en Yemen. Se dieron conflictos armados en la República Centroafricana; ofensiva del ejército de Myaanmar  contra los rohingyas;  ataques  a hospitales en Siria;  heridos de guerra en Mosul y la violencia en Kasai, República Democrática del Congo, etc. Todo un rosario de calamidades, violencia, hambrunas y enfermedades, que justifican la huida de los individuos sanos y en buenas condiciones físicas a otros países. En todos estos conflictos y problemas  Médicos sin Fronteras  se ha hecho presente, aportando sus medios técnicos  y humanos, en la especialidad que le caracteriza: la médico-sanitaria, y  reclamando ayuda para cada caso.
¿Qué  pensar pues de la nefasta situación de muchos países de África, y de países de  otros continentes  donde se dan calamidades sin cuento?  Hace falta volver a las ayudas para planes de cooperación y los estados de países ricos deben crear un fondo económico mundial que permita el desarrollo de esos países. También los gobiernos de países desarrollados deberían trabajar  “in situ” creando servicios e infraestructuras, desarrollando la sanidad, la agricultura, la educación,  la tecnología y  procesos democráticos verdaderamente representativos acordes  con la idiosincrasia de los pueblos. Pero es un hecho fehaciente que el sistema capitalista neoliberal  no ayuda en la dirección que proponemos. Determinados políticos de corte ultraconservador y/o  neofascista están sacando provecho de su lucha contra la emigración, y si no quieren gastar dinero de sus administraciones para hacer frente a la realidad inmigrante, tampoco van a donar medios para el desarrollo de los países con problemas, ya que tal ayuda no es más barata que la acogida a inmigrantes.

Sin embargo, no obstante esta amarga realidad , debemos dejar una puerta abierta a la esperanza, tal como piensa el doctor Noguera en relación con la labor que año tras año  viene desempeñando Médicos Sin Fronteras, con la aportación constante de sus socios,  en favor de quienes se encuentran en riesgo de perder la salud o la vida.