Buscar este blog por entradas laterales de otros textos

domingo, 12 de enero de 2025

NETANYAHU, EL NUEVO HITLER.


Raquel lloraba desconsoladamente la muerte de sus hijos; hoy, Fátima  llora con la misma pena y desconsuelo, porque sus hijos ya no viven.

Leyendo y reflexionando  sobre el evangelio de los Reyes Magos, me surge la idea de que un nuevo Herodes, quizá más cruel, ha irrumpido en la historia: Netanyahu. Su maldad política le ha llevado a ser la causa de la muerte de más de 46.500 personas, miles de niños y niñas asesinados, más de cien mil desaparecidos, 1.057 profesionales médicos y de la salud palestinos muertos, 108.856 heridos, sin contar los desaparecidos, entre los que hay miles de niños y niñas de todas las edades. En este luctuoso balance hay que recordar que casi la totalidad de las estructuras sanitarias y educativas han sido destruidas y miles de gazatíes han perdido sus viviendas y propiedades.

 Herodes mandó matar a menores de dos años. Aún la crueldad del actual mandatario supera a la del su predecesor en la historia de Israel. Emula a Adolfo Hitler, el exterminador de judíos, pero también de gitanos, homosexuales, religiosos, comunistas y socialistas. El holocausto de judíos se puede comparar con el del pueblo palestino. El descendiente de víctimas se ha convertido en victimario.

 Sobre nuestras conciencias recae está pesada losa, y cada cual es responsable en la medida en que calla y justifica el genocidio propiciado por el despiadado ejército israelí, digno por su crueldad y sangre fría de un jefe y su gobierno dispuestos a hacer desaparecer al pueblo palestino. Otra mano culpable es la de Biden, el presidente católico de una potencia imperialista, EEUU, juez y verdugo en muchas zonas del planeta, que sigue enviando armas y aviones para que bombardeen la martirizada Gaza. 

Mientras, el resto del mundo permanece en silencio viendo como Belén, tan celebrada hoy por el nacimiento de un niño entrañable para millones de personas, ha sido destruida hasta sus  últimos cimientos, junto a otras poblaciones hermanas de un pueblo, el palestino, al que no se le ha hecho justicia. Raquel lloraba sin consuelo porque sus hijos estaban muertos; hoy, Fátima llora con la misma pena, el sufrimiento que corroe las entrañas de todas las madres de la historia de este mundo que lloran desconsoladamente porque sus hijos ya no viven.

No hay comentarios: