¡CÓMO ESTÁN LOS PAÍSES DEL SUR!
COMENTARIO AL INFORME DE 2017 DE
MÉDICOS SIN FRONTERAS.
He leído recientemente el informe
de 2017 que presenta “Médicos sin Fronteras” para dar cuenta a sus socios y a
la opinión pública de sus actividades en
ese año. Lo he recibido precisamente en calidad de socio de esta ONG. Cada vez
que leo un informe de este tipo, y son algunos, por ejemplo los de UNICEF y Amnistía Internacional, de las que también soy
socio, percibo un mensaje integral del
estado económico y social de los Países del Sur o Tercer Mundo, como cada cual
quiera llamarlo. Me sumerjo, pues, un
baño de globalidad, de acuerdo con las posibilidades de cada organización no
gubernamental. ¡Qué contraste con las noticias fragmentadas, a veces,
interesadas y unilaterales que recibimos de los medios de comunicación
occidentales! Todo el mundo sabe que en
la información se entrecruzan intereses de todo tipo: económicos, ideológicos y
religiosos, etc., y no siempre se hace una exposición veraz de los
acontecimientos que ocurren en esos países. Influye además la distancia
geográfica. El dolor por un hecho criminal o desgraciado no se siente lo mismo si las víctimas pertenecen a nuestra
comunidad, si ocurre cerca de nosotros o a miles de kilómetros de distancia del
lugar donde vivimos. Mientras se
recordaban los crueles atentados terroristas en Cataluña, cuarenta
niños y niñas murieron en una escuela chiíta, asesinados por el DAES. No tuvo tanta repercusión entre nosotros este
atentado a una escuela de Afganistán
como los de Barcelona y Cambrils. Por esta razón, para recorrer ese puente sensible del dolor y condolencias,
nos viene bien leer informes como el de “Médicos sin Fronteras” que nos
dan una visión global de los acontecimientos, aunque luego
se desgranen analíticamente por países y regiones geopolíticas.
En su carta de presidente de la
ONG sanitaria, el
Doctor David Noguera, nos refiere que en 2017 hubo más de 400 conflictos
declarados en el mundo, y con su sentido de la esperanza y de la necesidad de
dar soluciones a los problemas, sobre todo en la especialidad médico-
humanitaria, califica 2017 como un año difícil, adjetivo que, para los que vivimos lejos de los conflictos, aunque en
algunos casos estén a la vuelta de la esquina, tal es el trágico problema de los
refugiados, el doctor Noguera procura
ser prudente. Más bien, 2017 fue un año muy difícil, debido a la alteración que
se vive en distintas regiones del mundo y por haber sido el año de la “criminalización
de la solidaridad”, con discursos xenófobos, contrarios a la acogida de refugiados.
A pesar de todo, David Noguera se siente
feliz por considerar que tiene la sensación de estar en una situación de verdadero privilegio para
ayudar a tanta gente en situaciones desesperadas, gracias al esfuerzo de su personal
y a la ayuda de muchas personas que ha comprendido la dimensión del problema.
Nuestras mentes de personas que viven en sociedades más o menos
tranquilas no pueden comprender que un
hospital, el Abs de Yemen, fuera bombardeado en 2016, con todos sus pacientes
dentro, servicios humanos y técnicos;
pues bien, ahora, gracias al personal yemení y profesional sanitario el
hospital ha vuelto a funcionar plenamente, salvando vidas, “en un lugar donde
retumban los bombardeos de un frente demasiado cercano y activo”, según la
descripción del presidente de la
organización no gubernamental.
Lejos de amilanarse ante los numerosos conflictos, el personal de Médicos sin Fronteras ha llevado su atención medico-humanitaria a más de diez
países, que viven en un estado de
violencia permanente, con todas las nefastas consecuencias derivadas de las guerras y enfrentamientos.
La organización pretende seguir
adelante en los próximos años redoblando sus esfuerzos y extendiendo sus
servicios y emergencias a más personas y países, superando así el
casi 40% de su presupuesto de operaciones
dedicados a la emergencia, la atención sanitaria a unos 75 países, 25 con proyectos gestionados por la ONG desde España y 50 por la
internacional, cálculos aproximados que he contabilizado del mapa de proyectos
de 2017, y que espero estén libres de errores.
Si se lee con atención el informe
podemos detectar las causas por las que tantas personas emigran a Europa,
incluso a otros países dentro de los continentes africano y asiático. Pasemos, pues, una breve revista de los casos
presentados por M.S.F. En Nigeria, bombardeos contra civiles del campo de
desplazados de Rann, murieron más de 50 personas y unas 120 resultaron heridas.
En Sudán del Sur se produjo un desplazamiento masivo de miles de personas que
huían de la zona de combate. Niger padeció en abril de ese año una epidemia de
hepatitis E, por las malas condiciones sanitarias y falta de agua. El cólera
hizo estragos en Yemen. Se dieron conflictos armados en la República
Centroafricana; ofensiva del ejército de Myaanmar contra los rohingyas; ataques
a hospitales en Siria; heridos de
guerra en Mosul y la violencia en Kasai, República Democrática del Congo, etc.
Todo un rosario de calamidades, violencia, hambrunas y enfermedades, que
justifican la huida de los individuos sanos y en buenas condiciones físicas a
otros países. En todos estos conflictos y problemas Médicos sin Fronteras se ha hecho presente, aportando sus medios
técnicos y humanos, en la especialidad
que le caracteriza: la médico-sanitaria, y reclamando ayuda para cada caso.
¿Qué pensar pues de la nefasta situación de muchos
países de África, y de países de otros
continentes donde se dan calamidades sin
cuento? Hace falta volver a las ayudas
para planes de cooperación y los estados de países ricos deben crear un fondo
económico mundial que permita el desarrollo de esos países. También los gobiernos
de países desarrollados deberían trabajar
“in situ” creando servicios e infraestructuras, desarrollando la
sanidad, la agricultura, la educación,
la tecnología y procesos
democráticos verdaderamente representativos acordes con la idiosincrasia de los pueblos. Pero es
un hecho fehaciente que el sistema capitalista neoliberal no ayuda en la dirección que proponemos.
Determinados políticos de corte ultraconservador y/o neofascista están sacando provecho de su lucha
contra la emigración, y si no quieren gastar dinero de sus administraciones
para hacer frente a la realidad inmigrante, tampoco van a donar medios para el
desarrollo de los países con problemas, ya que tal ayuda no es más barata que
la acogida a inmigrantes.
Sin embargo, no obstante esta
amarga realidad , debemos dejar una puerta abierta a la esperanza, tal como
piensa el doctor Noguera en relación con la labor que año tras año viene desempeñando Médicos Sin Fronteras, con
la aportación constante de sus socios, en favor de quienes se encuentran en riesgo de
perder la salud o la vida.
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