PROFUNDA Y
OSCURA NOCHE
No puedo dormir. Hace unas horas me ha llamado
Sebastián Terrada para decirme que los dos compañeros Tomás y Joaquín siguen
debilitándose y han sido hospitalizados por enésima vez. Su digna actitud, su
valiente protesta materializada en una huelga de hambre de veintidós días puede llevarlos a un fatal desenlace.
Para algunos
que tienen a buen recaudo- por ahora- su cartera, el sueldo, la pensión o
su renta, jugarse la vida de esta manera es frivolidad. Estas personas
no se imaginan, entre los dulces efluvios de sus vidas a cubierto, el negro
túnel que el parado ve más allá de una radical y cruel decisión empresarial.
Pensarán, además, que si han sido promotores de una huelga, les está bien
empleado. En tiempos de crisis, hay que ser muy prudentes. Da igual que la
empresa UTE SUI COINTER lleve tres años sin cumplir el convenio colectivo. Deben tragar todo lo que los mercados, los
bancos, los financieros y algunos de sus colaboradores, los políticos les están
echando encima, como están tragando
tantos hombres y mujeres de este país que ven volatizarse sus ilusiones
forjadas en años de sacrificio y esfuerzo: aquella vivienda que se compró bajo
los mejores auspicios y ahora se ha perdido gracias al “banco amigo”; el
trabajo que proporcionaba estabilidad y calidad de vida a toda la familia y una
vez perdido ha puesto a todos sus miembros al borde del disparadero; aquellos
padres que llevaba feliz a su
hijo al centro de integración y, al cerrarse
por falta de subvenciones, ven como se ha roto el proceso formativo,
fruto de sus desvelos, de la labor de profesores , monitores y de los mismos chicos…
En esta rueda del infortunio, Joaquín y Tomás han
dicho basta. No pasa por sus cabezas
volver a casa sin nada que ofrecer a sus mujeres e hijos. ¿En qué ha
quedado tantos años del duro y a veces no muy agradable trabajo de basurero?
¿Es que unos sesudos empresarios pueden
disponer de la vida, del futuro de dos personas,
que sólo tienen como únicos ingresos un
salario a cambio de vender, muchas veces, en condiciones indignas, su
fuerza de trabajo? ¿Dormirán hoy a
piernas sueltas tras las infructuosas negociaciones de los sindicatos, mientras
dos personas, que dependen de ellos se están jugando la integridad física y
mental en una huelga de hambre, que parece no conmover sus entrañas, a pesar de que mañana puede
ocurrir un fatal desenlace?
¿Se intranquilizarán en esta noche profunda y oscura de nuestros
ánimos, los políticos que tienen en su mano, con una palabra, una actitud o una
advertencia dirigida a los directivos de la empresa, la posibilidad de acabar
con tan angustiosa pesadilla que dura ya veintidós días?
¿Estarán preocupados y, quizá apesadumbrados, los
miembros del equipo de Gobierno municipal, sabiendo como saben el poder que
detentan y que no lo están poniendo al servicio mediador de la solución de tan
grave problema?
¿Cómo va a aceptar el sufrido pueblo gaditano una
posible muerte, que se uniría a la ya larga cadena de tristezas y angustias de
nuestra ciudad, a la cola del desarrollo económico y a la cabeza del paro en
España y en Europa?
¿Aprovecharán la ocasión tirios y troyanos para tirarse los platos a la cabeza, mientras
la vida se les va de las manos a nuestros compañeros? La vida, esa vida que nos
están exprimiendo poco a poco en beneficio del dios dinero.
Todavía estamos a tiempo. Rectificar no sólo es de
sabios sino de personas magnánimas que valoran más la paz de sus conciencias
que el afán de mantenerse en férreos criterios y actitudes por el prurito de
demostrar autoridad o de estar en posesión de la verdad. El resentimiento hacia
los trabajadores por haber recibido quejas municipales sobre las deficiencias
en el servicio de limpieza a causa de una huelga no durará mucho. El
arrepentimiento por no haber aprovechado la ocasión perdida, una vez ocurrido
algo irreparable, cubrirá como un tul negro el espíritu cerrado a la
generosidad y la justicia.
Señores
empresarios, sean magnánimos. Den su brazo a torcer y verán otro día lleno de luz y esperanza.
Alejen los nubarrones de la desgracia. Sean colaboradores de la vida.
Señores políticos del
Gobierno municipal, salgan a la plaza. Medien y utilicen el mejor arte
de la política, la persuasión. También para ustedes habrá mañana un día
esplendoroso de promesas. Lo verán en el alegre brillo de los ojos de Tomás y
Joaquín, sus mujeres y sus hijos, felices por haber recuperado una parte
preciosa del tesoro escondido del
Evangelio, en el siglo XXI: el bendito trabajo, tan necesario y, a la vez, tan
escaso.
Francisco
González, Presidente diocesano de la HOAC de Cádiz y Ceuta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario